Álbum: Lentejuelas
Año: 30-noviembre-1982
Género: Folk Rock
País: México
Fuente de análisis: LP original (1982), Discos Tecolote / PolyGram [LPR 16428]
Lista de canciones:
LADO A:
1. El pan
2. Como una más
3. Adiós
4. Quiero estar contigo
5. Todo el tiempo equilibrado
LADO B:
6. Juanita
7. Caminó
8. Domingo azul/Pasando por intruso
9. Lentejuelas
Músicos:
Roberto González - guitarra acústica y primera voz
José Cruz - guitarra eléctrica y armónica, guitarra acústica (9) y voz (4)
Rodrigo Morales - bajo, saxofón, piano, contrabajo, cello, guitarra acústica (1, 2, 9)
Ricardo Gallardo - percusiones, guitarra acústica (9)
Emilia Almazán - coros (1, 4, 5, 6, 9)
Maru Enríquez - coros (4, 9)
Daniel Tuchman - guitarra acústica (7)
Ingeniero de grabación: David Guerrero
Producción: Óscar Chávez
Diseño: Roberto González, Ignacio Fuentes
Fotos: Luis Delgado Q.
Arreglos musicales: Cruz, Morales, Gallardo, González
Arreglos vocales: Emilia Almazán
Sobre el disco:
Lentejuelas se trata del primer disco en solitario de Roberto González y si la memoria no me traiciona también del primer disco solista de larga duración editado por algún artista Rupestre (Jaime López estaría igual por este año publicando algunos discos sencillos, y Rockdrigo grabaría por estas fechas lo que hasta 1984 vio la luz pública). Salió bajo el sello de discos Tecolote, a cargo del gran Óscar Chávez quien además fue productor; estuvo acompañado para esta grabación por grandes músicos entre los que destacan Emilia Almazán, José Cruz, Daniel Tuchman y Rodrigo Morales. Aunque este álbum sería reeditado en 1989 por discos Pentagrama tanto en LP como en CD, a continuación analizaremos la versión original que sólo tuvo una única edición en vinilo ya que para dichas reediciones varias de las canciones sufrirían cambios ligeros pero significativos que, a parecer de algunos de sus fanáticos (me incluyo), menoscabaron la obra inicial, una de las más menuspreciadas de la historia de nuestro rock.
"El pan", un tema que tiene sus origenes desde el grupo "Un Viejo Amor", arranca el disco con esas preguntas retóricas que nos hacen reflexionar sobre las formas de encarar la sobrevivencia en esta sociedad tan marcada por las diferencias sociales. Comienza a modo de balada aderezada por la armónica blusera que conforme avanza obtiene mayor fueza entre los pasajes instrumentales más rítmicos con aires latinos. Entre un ambiente como de bar se oyen los acordes de "Como a uno más", un magnifico bolero con temática en aquel amor pobremente correspondido, pero que tampoco pretende ser incondicional de manera irracional como es el estilo común de este tipo de baladas. Destaca el gran sentimiento en la voz de Roberto y la magnífica dupla de armónica y saxofón en el transcurso de la canción. En "Adiós" nos habla de aquel agotamiento y frustración de la relación en pareja ("hay una soledad que no se quita ni contigo") que desemboca en la separación. La base de la canción lo lleva el ragueo de guitarra acústica acompañado por las líneas de un bajo bastante rítmico, que dan el ambiente perfecto para el deslumbramiento de una feroz guitarra eléctrica; ya hacia el final el bajo y las percusiones comparten tiempo de lucimiento en un pasaje instrumental previo a la clausura del tema. "Quiero estar contigo" es una exquisita balada sobre esas relaciones de amistad con sexo consensuado (amigos con derechos les llaman ahora), que quizás pudiera desembocar en algo mayor, pero por el momento basta el disfrutar mutuo de esa intimidad.
En tono jazzista con las escobetas y sus primeros acordes propios del género llega "Todo el tiempo equilibrado" una genial reflexión sobre el modo de sobrellevar la existencia desde la perspectiva de un hombre asalariado de clase media, consciente de la poca trascendencia que su vida puede tener y que lo único seguro en ella es la muerte ("eres la sombra de un cuerpo, eres la vida de un muerto"). Destaca nuevamente la guitarra eléctrica espléndidamente ejecutada con la distorsión y el slide, exhalando todo el blues que le aflige. "Juanita" es en definitiva el tema más débil del disco, aparentemente nos habla de aquel enamoramiento de una mujer que no puede ser correspondido por el autor; la música es un bolero con cierto ambiente tropical cortesía de las percusiones, entre ellas una marimba hacia la parte final. Viene a continuación una de las baladas más poderosas, con temática en un suicidio, en el rock mexicano: "Caminó". Las metáforas empleadas por Roberto para la letra simplemente son excelsas y cargadas de una gran emotividad, así como su voz perfectamente arropada por un ambiente sombrío creado por los arpegios de guitarra y bajo, más los discretos platillos y que estallan al finalizar, emulando el repicar de campanas que se distorsionan al abandonar este mundo.
"Domingo azul/Pasando por intruso" son un par de canciones conectadas entre sí que nos hablan de las vivencias y el sentir de Roberto tanto en su infancia como en su camino dentro del arte. Viene a ser de igual manera el reflejo de una generación que ve obstaculizados sus ideales en una sociedad mexicana llena de represión que se ve en necesidad de irse adaptando a las tendencias para sentirse relevantes y así la música que acompaña este viaje por breves lapsos refleja estos distintos géneros transcurridos. Para cerrar el disco llega "Lentejuelas", una íntima balada rock en la que el artista siente el deseo de confesar aquello que le ayuda a sobrellevar la difícil realidad que le rodea. Interpretaciones sobre lo que habla son muchas, cada quien puede evaluar la que más lo satisfaga; lo valioso aquí es este momento de catarsis que nos ofrece, cada quien tiene de alguna manera su propio mundo de lentejuelas (bueno o malo) al cual recurre en momentos complicados. Dicho mundo pareciera estar representado musicalmente por el cambio de estilo que sufre la canción convirtiéndose en un jazz acelerado y muy alegre que busca arroparnos momentáneamente, lejos de la melancolía que antes nos afligía. Algo que también me parece curioso de la música de esta canción es el constante golpeteo de las escobetas sobre el platillo 'ride', ya que es casi una regla no escrita de lo que se debe evitar hacer al usar estas herramientas (pues las escobetas sólo deben tocar los platillos para remates); aunque aquí este sonido producido pareciera tener un propósito de evocarnos ese chispear de las lentejuelas, mostrándonos así que en cuestiones musicales las reglas están para romperse.
Concluye así el álbum "Lentejuelas" de Roberto González, un artista con una sensibilidad sobresaliente, muy hábil en el manejo de la elipsis, aunado a un estilo de perspectiva más madura en sus letras (no es tan recurrente al estilo cómico como sí lo hicieron gran parte de los Rupestres). Para muchos tal vez su mayor aportación a la historia del rock nacional se encuentre en lo hecho junto a Emilia Almazán y Jaime López en el grandioso "Sesiones con Emilia", donde jugó un papel fundamental en composición y arreglo de las canciones. No obstante aún me queda esa percepción de que Roberto González es uno de los artistas más olvidados y que valdría la pena re-valorar no sólo en este disco sino en gran parte de su música, y es algo que no sólo padece él sino una gran camada de su generación, perfectamente retratada en esta obra.
(Próximamente el análisis comparativo de la versión reeditada/semi-regrabada de Lentejuelas de 1989)
- Arte adicional:
Contraportada
Interior
FLAC(LP): https://thinfi.com/0b51w
ResponderBorrarHD(Pt.1): https://thinfi.com/0b51x
HD(Pt.2): https://thinfi.com/0b51y
¡Muchas gracias! ( ´ ▽ ` )ノ
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