Rolando Chía - Sara juega y...

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Artista: Rolando Chía

Álbum: Sara juega y...

Año: 1986

Género: Folk, Nueva acústica (New acoustic)

País: México

Fuente de análisis: LP original (1986), Alejandra [ALES 0010] 

Lista de canciones:

LADO A

 1. Dentho

 2. Golondrina
 3. Carta para Marcel

 4. Tanino

 5. Diente de León

LADO B

 6. Trayectos

 7. Danaus

 8. Alman

 9. Para amacizar tacón

Producido por Armando Velasco, Rolando Chía y Víctor Sánchez.

Sobre el disco (por Germán Gómez. De la revista Cuardernos de Revolver, 1986):

Rolando Chía: ¿quién es ése?, ¿con quiénes ha tocado?, ¿a qué se dedica? Chía es un sujeto raro que se mueve en el rock con una familiaridad que ni los mismos roqueros sobre sí mismos. Es un tipo de talante fraterno, que suelta trombas de ideas y recomendaciones sobre grupos de aquí y allá, acuyá y hasta tantito más lejos.

A veces se le ve por el Tianguis de Rock del Chopo con una bolsa de asa y sus discos raros dentro, presto al cambio. Hizo antes, en 83 y 84, una belleza de álbum, En voz baja, junto con Carlo Salinas en las percusiones. Ahora, en 1986 construyó un mundo íntimo de pulsaciones en que se nota la búsqueda de la sencillez hecha belleza elocuente, la creatividad reposada y, de nueva cuenta, los inmensos deseos de colocar ideas por las cuerdas junto con un amasijo de emociones en las regiones más activas del cerebro de sus escuchas.

Las notas de Rolando Chía encierran un sabor semejante al que dejan las de Eblen Macari o Arturo Meza, exponentes de una corriente que debiera abrir el abanico y penetrar al mercado tanto roquero como extraroquero. De ellos siguen valiendo aquella fórmula de que son demasiado roqueros para ser "clásicos" y demasiado "clásicos" para ser roqueros.

En éste su segundo larga duración, Chía esparce una que otra propuesta con el dulzor de un Steve Hackett o alguna próxima al sabor de Jeff Beck, pero eso no demerita ni un gramo su originalidad ni el cultivo de su estilo, dulce, melancólico, reflexivo.

A excepción de dos piezas, en las que Armando Velasco acompaña a la guitarra, todas las otras 7 (de nueve que componen el álbum) son ejecutadas por el mismo Chía. Y todas excepto una, son creación de él mismo. Un producto logrado a base de iniciativas independientes a la industria y circuito mercantilistas, y también a base de una considerable cuota de huesos y riñones. Atrapa la atención el plan gráfico de la funda.

De sus nueve propuestas, es difícil optar por "Trayectos", "Dentho" o "Diente de león" y decir de alguna de ellas que revela un delicado y dedicado trabajo creativo. Por eso uno puede quedarse con cualquiera de ellas para tener muy cerca del cerebro un poco de música, excelente música, cerca del rock. Y nada muy lejano pudiera decirse de las otras seis: "Golondrina", "Carta para Marcel", "Tanino", "Danaus", "Alman" y "Para amacizar tacón".

En fin, Sara juega y... exhibe que no bastan las ganas descomunales para sacar un resultado apetecible, sino que saber, tener idea clara de cómo y qué hacer para alcanzarlo. Y esto, por ahora, sigue siendo cualidad casi exclusiva de las producciones independientes en nuestro país; como ésta, de la agrupación Alejandra.