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miércoles, 21 de octubre de 2020

Lucerna Diogenis - Nube

ESCUCHAR DISCO
Artista: Lucerna Diogenis
Álbum: Nube
Año: 1993
Género: Rock progresivo
País: México
Fuente de análisis: CD original (1993), Discos Tanatos [-]

Lista de canciones:

 1. Suley imaginaria
 2. Estrella fugaz (parte 1)
 3. Blues del mejor amigo
 4. Nube
 5. Polvo de luna
 6. Ella vive con los signos de estos tiempos
 7. Estrella fugaz (parte 2)
 8. A mi mujer
 9. La última lágrima
10. La rata inmigrante
11. Quiero huir
12. Estrella fugar (parte 3)


Lucerna Diogenis:
Jorge Meneses Díaz - guitarra electroacústica, guitarra eléctrica, bajo, piano, teclados, armónica, voz y arreglos
Gerardo Meneses Díaz - voz y arreglos
Músicos invitados en las notas del disco.


Sobre el disco (del sitio de Lucerna Diogenis^):

Este disco sale en medio de la crisis del grupo, que provocó el fin del proyecto de rock urbano Boleto del Metro, y que propició la salida de la mitad de sus integrantes. La invitación de Édgar Arrellín a grabar tomó a Jorge y Gerardo solos, en este caos. Pero no podían dejar pasar una oportunidad así. Por eso, vuelven al formato original de dúo, con ideas, búsquedas y conceptos musicales y letrísticos renovados, orientados a la experimentación sonora, progresiva y vanguardista, sin dejar las bases del rock clásico. Se necesitó un nuevo nombre que reflejara el cambio, y así surgió Lucerna Diogenis. 

En el libro del CD se señala: "el cambio obedece a una transformación interna: queremos alumbrar zonas de niebla y nubes, para ver si en realidad no hay lo que buscó Diógenes siempre: hombres justos. La ética de la que nos servimos es triste y solitaria (...) Así, que el cartón citadino se extinga en el pequeño fuego de esta lámpara, para que en forma de humo sus reminiscencias alcen el vuelo, aunque sea de ese modo". La canción que da el título al CD es el reflejo de esta nueva línea poética y musical.

Grabado y mezclado ya en un estudio profesional, en los equipos recién adquiridos de los Estudios Metztli, Jorge se hizo cargo de todos los instrumentos, grabados uno a uno, sobre las baterías electrónicas programadas creadas por Fausto Arrellín y Mario Chánez. Participaron además como músicos invitados el mismo Fausto en la voz del estribillo en La rata inmigrante, Raúl Meneses Díaz, el otro hermano, en la 2a. voz en esta misma canción y en los coros de Ella vive con los signos de estos tiempos, y Cacho Duvanced en los teclados de A mi mujer.

Nube incluye nuevas versiones de Estrella fugaz (que adquirió además dos partes más, en una muestra del nuevo estilo progresivo), La última lágrima, y especialmente Polvo de luna, la rola que podría llamarse "hit" del grupo, porque fue la más solicitada y difundida en la radio. Curiosamente, aunque esta nueva versión de esta rola está mucho mejor grabada, arreglada y ejecutada, la gente siguió prefiriendo la del KCT La última lágrima, quizá por no asociar al antiguo Boleto del Metro con Lucerna Diogenis, o simplemente por una más de las ironías del rock mexicano...

Este disco aparece ya en formato CD, por entonces incipiente, y de hecho el grupo dudó en sacarlo así, o todavía en LP. Al final tomaron la decisión correcta, por suerte... Apareció bajo el fantasmal sello Discos Tanatos. Está dedicado a la memoria de los rockeros caídos Mario Rivas, Julio Haro y Rockdrigo. La producción estuvo a cargo de Gerardo. Jorge hizo la dirección musical. El ingeniero de grabación fue Édgar Arrellín, y la mezcla la hicieron Jorge, Gerardo y Édgar. Las fotos fueron tomadas por Lucerna y Raúl Meneses, y el diseño gráfico lo hizo Fausto Arrellín.

- Complementamos con algunos fragmentos de canciones del grupo analizadas por el bloguer Pingüino Elemental:


Quien oiga esta canción, pero no tenga el disco Nube de Lucerna Diogenis, seguramente tendrá dificultades para entender la letra. En el cuadernillo del CD se explica que La Rata Inmigrante es un periódico mural estudiantil anarquista. La letra de esta rola es sencilla, pero bien lograda, y se limita a describir lo señalado: el espíritu rebelde de una manifestación sociopolítica clásica de los estudiantes universitarios, sólo que del lado más clandestino y fugaz. Para concordar con esa misma fugacidad, Gerardo Meneses escoge un lenguaje muy conciso, y las figuras retóricas son más bien parcas, limitadas a unas cuantas prosopopeyas, una gradación y algo más por ahí. No obstante, el efecto, casi de foto instantánea, es preciso, contundente, cuidadosamente elegido, como puede corroborar una comparación con otras canciones de Lucerna Diogenis.

Pero quizá lo más importante de La Rata Inmigrante es cómo, a partir de una melodía de sólo 4 acordes, el grupo (en el disco Nube, donde está esta rola, es en realidad un dueto) logra construir un arreglo muy elaborado de rock progresivo, con un bajo potente y certero, un estupendo solo de guitarra electroacústica, batería electrónica y sintetizadores atmosféricos vanguardistas (pese al ligeramente titubeante solo de teclado), al estilo de músicos como MCC, Juan Valdez y Eblén Macari.

La rata inmigrante tiene un par de méritos adicionales: primero, la armonía del estribillo, a dos voces, una de las cuales es reconocible, la de Fausto Arrellín, del grupo Qual (el grupo de Rockdrigo en vida), además de la segunda aguda de otro hermano Meneses, Raúl, como músico invitado. El otro mérito es el efecto de explosión al final, casi futurista, como recurso de estudio muy propio del progresivo, y que recuerda el final de El chime de los tucanes de MCC, en la versión del CD MCC 1980/1984, así como otro, intermedio, de otra rola de MCC: El muro. Por ello, y pese a su innegable valor poético, La Rata Inmigrante de Lucerna Diogenis es un buen ejemplo de una canción con mérito principal en la potencia de su arreglo. Una de las mejores canciones del progresivo mexicano. 


En otra muestra de esa variedad, Polvo de luna es una balada-rock clásica. Como en el caso anterior, ¿Qué hacer? de Tierra baldía, estamos ante una canción de amor. O mejor dicho, en este caso de desamor. Por lo tanto, las innovaciones radican en el tratamiento, el lenguaje, el arreglo, etc., y no en el tema. De hecho, una corriente de la crítica de arte dice que en realidad los temas siempre son los mismos: la muerte, el amor, la venganza, la pobreza, etc. Lo distintivo, donde radica el mérito artístico, es precisamente en su tratamiento, centrado en el equilibrio entre forma, fondo y emoción, algo mucho más allá del tema.

La letra de Polvo de luna es mucho más oscura de lo que parece en primera instancia, uno de los sellos distintivos de Lucerna Diogenis, como lo prueban sus otras canciones, La última lágrima o Preguntando en los umbrales. No es común un grupo cercano más a lo trágico y pesimista en México, que es tan propicio al rock humorístico. Todo esto haría pensar que Lucerna Diogenis podría relacionarse con las bandas dark, pero por las búsquedas progresivas se ha señalado siempre la influencia de Pink Floyd, aunque yo añadiría la del mencionado trovador José Antonio Nachón en el espíritu de las letras (aunque no tanto en el estilo literario).

Pese a ser también una canción de amor y una balada-rock, a diferencia de la mencionada ¿Qué hacer? de Tierra baldía, Polvo de luna tiene el mérito de no sonar a pop, pese a que es quizá la rola más digerible de Lucerna Diogenis. Y una vez más, la clave está en el arreglo, uno de los puntos fuertes del grupo. 


En cuatro estrofas pequeñas, de imágenes apretadas, Lucerna desarrolla una canción de amor, aparentemente tradicional. Poética, pero tradicional. Sin embargo, en las líneas finales se trastoca todo, a la manera de Eclipse de Pink Floyd, pues todo lo que habíamos creído entender cambia, y sabemos entonces que esa mujer única, casi milagrosa en su poderío, en su cura del alma, ideal, en realidad no existe más que en la imaginación, en la necesidad. El título ya lo menciona; sin embargo, el tiempo que toma la interpretación de esas estrofas más bien misteriosas hace que uno lo deje de lado, y la sorpresa igual se logra. La letra de Suley Imaginaria casi se limita al uso de la metáfora, además de su melliza: la prosopopeya. Esto hace que la letra parezca altamente influida por el Ultraísmo de Borges, Guillermo de Torre y otros poetas, que exponía esa figura retórica como la única realmente válida. Dichas metáforas, aparentemente sencillas, requieren un cierto esfuerzo para su comprensión total.

Pero además de todo lo anterior, la música de Suley Imaginaria tiene una relevancia todavía mayor, porque ésta sí que no es breve; al contrario, es quizá la pieza más experimental y progresiva que ha grabado Lucerna Diogenis, llena de detalles interesantes, como la introducción atmosférica del sintetizador, que recuerda Shine on you crazy diamond de Pink Floyd, o el paso a la melodía de guitarra electroacústica sola, arpegiada, que recuerda un poco la manera de Stairway to heaven de Led Zeppelin, y que una guitarra adicional, también electroacústica, poco a poco va adornando, para después reventar en un arreglo eléctrico, con un solo intenso.


Esta rola es dolor puro, dolor hecho canción. Casi sin procesar, casi sin control. Una canción de alto riesgo, bien sacada adelante. Porque Quiero huir es impactante, una rola para llorar, para escapar al mismo tiempo que el grupo, a través de ella, escuchando ese lamento de intensidad inaudita. Es evidente la influencia de Nobody home, y (en el final) de Mother de Pink Floyd, quizás excesiva (además de la homónima de John Lennon, y otra suya: Nobody loves you (when you’re down and out)). Pero si se van a reflejar influencias tan claras, al menos el resultado debe estar a la altura, y en Quiero huir Lucerna Diogenis realmente conmociona, desgarra el alma de quien la escucha. Y lograr eso sin caer en lo sensiblero no es fácil. 

Quiero huir es El grito de Munch, una canción cercana al Expresionismo, a los cuadros de Frida Kahlo, al martirio. Una rola que se canta cuando se toca fondo, cuando no se puede caer más bajo emocionalmente. En eso se acerca a Entre la guerra y la paz de Gerardo Enciso, Yer blues de los Beatles, y aun a Esta canción de Silvio Rodríguez en la trova, canciones que desglosan la caída interna, la absoluta derrota, como la del final de la novela Carpe Diem de Saúl Bellow, cuando el llanto estalla, la represa emocional no aguanta más.

Pero si la letra de Quiero huir es impactante, la música y el arreglo son estremecedores. La melodía, de una cadencia tristísima, es melancolía pura en su inicio de guitarra electroacústica y sintetizador con sonido de cuerdas. Pero conforme crece la emoción de la voz, adquiere potencia dolorosa, justo cuando la batería enfatiza el ritmo, mientras surge uno de los requintos más perfectos del rock mexicano, de una precisión incomparable en las notas, la duración y los juegos de los dedos y la palanca de vibrato, igual que en la elección del efecto distorsionador de la guitarra, que la vuelve amplia, intensísima, pero a la vez suave, dulce.

De este modo, Quiero huir no sólo es la obra máxima de Lucerna Diogenis, sino una rola cumbre de la emoción auténtica. Quizá la canción más conmovedora y desgarrada del rock nacional. 


^https://lucernadiogenis.webcindario.com/discografialucerna/discografia.htm
*http://100mejoresrockmexicano.blogspot.com/2010/06/92-la-rata-inmigrante.html
*http://100mejoresrockmexicano.blogspot.com/2010/05/62-polvo-de-luna.html
*http://100mejoresrockmexicano.blogspot.com/2010/05/55-suley-imaginaria.html
*http://100mejoresrockmexicano.blogspot.com/2010/05/21-quiero-huir.html

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