Artista: Daniel Tuchmann
Álbum: La última neurona
Fecha: 28-septiembre-1987
Género: Trova/Rock
País: México
Fuente de análisis: LP original (1987), RCA [MKS-2433]
Lista de canciones:
LADO A
1. Aventurero y paria
2. Bella fugitiva
3. Fantasma
4. Una palabra
5. Hace como un año
LADO B
6. La última neurona
7. Tu canción
8. Laura
9. Y
10. Si vuelves
10. Si vuelves
Músicos:
Daniel Tuchmann - guitarras y voz
Eugenio Toussaint - teclados
Armando Espinoza - percusiones
Carlos García y Guillermo Espinoza - trompetas y bugles
Jesús Aguirre - trombón
César Gómeza - oboe, sax tenor, flauta, piccolo, corno inglés
Daniel Tuchmann - guitarras y voz
Eugenio Toussaint - teclados
Armando Espinoza - percusiones
Carlos García y Guillermo Espinoza - trompetas y bugles
Jesús Aguirre - trombón
César Gómeza - oboe, sax tenor, flauta, piccolo, corno inglés
Sobre el disco:
Único disco del guitarrista y compositor Daniel Tuchmann Melgar, originario de La Paz, Baja California Sur. "El Golfo de California, el Océano Pacífico y la frontera norte fue el ambiente que nutrió los primeros años de vida de este músico que vivió la sicodelia prevaleciente durante su adolescencia. A los 16 años se traslada al D.F. donde inició sus estudios de composición con el maestro Julio Estrada, donde conoce a destacados compositores como Marcial Alejandro y Federico Álvarez del Toro."* Sin embargo la música de Tuchmann no se define por el Canto Nuevo como se etiqueta en el sello que lo edita, sino que es una amalgama de géneros que van desde el Rock, la Trova, el Jazz, el Son (que inevitablemente la fusión de estos dos últimos traen aires de Salsa a su música), toques de Funk, Blues y hasta Reggae.
Un material con mucho sabor a Jazz latino que después de haberlo escuchado y sin haberme asomado a las notas del disco, me traía reminiscencias al sonido de la banda de jazz fusión Sacbé y ¡oh sorpresa!, el disco cuenta con los teclados de Eugenio Toussaint quien hizo arreglos y dirección. A eso le sumamos el tono trovadoresco de las letras poéticas que interpreta Daniel Tuchmann y su destreza en la guitarra eléctrica (que según cuenta fue con la que inició en el aprendizaje de este instrumento, contrario a la mayoría que inicia con la acústica) de la cual es un excelente ejecutante. Sin embargo el único pero que le encuentro a este material es precisamente en los pasajes para los solos de este instrumento que por momentos se sienten breves, supongo que quizás limitados por los lineamientos de la discográfica, pues seguido se queda uno con ganas de más desarrollo o espacio para estos, pues se ven truncados con el repentino desvanecimiento de la música al final de un requinto catártico.
Las letras que canta Tuchmann (muchas de la autoría de su paisano Edmundo Hernández Lizardi y de él) reflejan su alma bohemia de "Aventurero y paria" que le canta a sus amores pasajeros, a los que sólo tiene para ofrecer su voz, su canción, sus alas. Canta a esa musa viajera "Bella fugitiva" que busca poner música a sus ansias, aunque nunca sepan comprender su canto. A ese amor que se conoce en sitios donde el vino es cómplice y testigo, para perseguirlas cual "Fantasma" de Dios en el exilio, un ente invisible todopoderoso dispuesto a pecar haciéndolos creer que en una noche se puede construir el infinito. Y así en este cortejo se pasa uno en busca de "Una palabra" precisa que logré nuestro cometido: "una palabra que te acueste tarde / una palabra que respire fuego / una palabra que nos siembre juntos en el centro cordial del universo".
En "Hace como un año" (letra de Gabino Palomares) el artista exhibe su lado más sensible a través del dolor nostálgico de un amor perdido, un amor que ha muerto y quizás no sólo en el sentido simbólico por lo que se pudiera interpretar de algunos de sus versos: "Hace como un sol que llevo mi fuego a tu cueva oscura de tibieza y Dios... / ...Hace como este hombre que te lleva dentro, que sobre tu muerte levanta el amor". El clímax estalla con un solo de guitarra que descarga su blues, su pena, su dolor, ante esta esperanza que nunca estalló.
"La última neurona" es definitivamente el tema más conocido de Tuchmann, pues tuvo un éxito moderado en su momento. Así abre el lado B del disco, con esta canción que es la también la más diferente en cuanto a estilo al compararla con las otras. Su letra tiene una cierto aire humorístico y ligero por su lenguaje más directo que sin embargo guarda un fondo más allá de lo evidente. Musicalmente es una especie de Reggae con elementos de Funk en el bajo y los metales que acentúan a lo largo de esta pieza. (Se recomienda leer análisis: La última neurona)
De regreso a los sabores más trovadorescos del artista que padece el recuerdo de un amor con el que ligó parte de su obra, ya que si esta nació de un sentimiento mutuo y las circunstancias los han separado, es justo entregar de vuelta lo que a uno ya no le pertenece. Así lo expresa "Tu canción". En "Laura" ya hay una asimilación de los motivos de la separación amorosa y al final nos regala uno de sus solos de guitarra más feroces, potente y breve como un relámpago. "Y" (letra de Óscar Chávez) reafirma el cúmulo de sensaciones e ideas que desembocan en este irrevocable final. Sin embargo, la esperanza muere al último si es que aún queda algo por rescatar, como esas emociones que expresa con su canto lleno de nostalgia en "Si vuelves".
Un material muy interesante, rico en letras y música que nos deja con ganas de más, pero lamentablemente la falta de apoyo de las discográficas a los artistas nacionales resultó en muchos proyectos interesantes dejados a su suerte y ahora en el completo olvido. Y como ya se ha demostrado con los distintos materiales que hemos compartido aquí, no es que no hubiera calidad en los proyectos de rock nacional, sino que muchas veces sus propuestas no eran la música digerible, simple o inofensiva que buscaban los empresarios que comenzaban a ver al (pop) rock como un negocio. El talento de Tuchmann estuvo presente antes y después en diversas grabaciones entre las que destacamos los dos primeros discos en solitario de Roberto González (Lentejuelas y Aquí) y la que quizás fue su última grabación en el proyecto de Pentagrama, tributo a López Velarde, "Canciones del íntimo decoro".
A continuación complementamos con las palabras de Daniel Tuchmann que encontramos en el libro "Baja Rock: Memoria gráfica del rock en Baja California Sur" de Francisco Javier Galván Gutierrez:
El primer grupo que formé en La Paz, eran los Máuser, tocábamos en bares donde podíamos, por ejemplo, en donde ahorita esta El campanario, se llamaba Junto al Mar, ahí tocaban los Pepes, de los Hermanos Figueroa o por el Seven Crown, en el Acuarium. Yo era menor de edad y me escapaba de la casa pa' irme a tocar.
El motivo de irme a estudiar a la Ciudad de México a los 16 años, fue porque me fui a inscribir al laboratorio de composición de Julio Estrada, que estaba en la Escuela Nacional de Música, y que acababa de regresar de Alemania, este era un programa alternativo de la Escuela Nacional de Música, en donde estudiábamos música contemporánea, experimentación sonora, inducción de instrumentos, electroacústica, etc.
En el caso de la grabación de mi disco de "La última neurona", esto fue el resultado de que en la RCA y BMG/Ariola, nos convocó a un sello nuevo, que iban a abrir, era de canto nuevo y empezaron con tres discos, uno de Amparo Ochoa, otro de Gabino Palomares y el otro, mi disco. En ese disco yo escogí como arreglista a Eugenio Toussaint y él a su vez escogió a los mejores músicos del Sindicato de Músicos del Distrito Federal, para que colaboraran en ese disco. Nunca fue fácil la difusión de la música, ni antes ni después de la llegada del "rock en tu idioma", al contrario, cuando entró "rock en tu idioma" se cambió la Dirección Aministrativa de BMG/Ariola y el sello de canto nuevo lo dejaron congelado, y siguieron apoyando a los grupos que estaban en el sello de "rock en tu idioma". De alguna manera por ahí me colé en algunas producciones e inclusive fui jurado del concurso de Rock en tu idioma con BMG, el que se hizo en México, pero no, a mí en lo personal nunca me ayudó en eso de la difusión de mi música.
Yo pienso que como resultado de todos los concursos de rock que me tocó a mí producir en la Ciudad de La Paz, llegó a tener el primer lugar de bandas per capita en toda la República Mexicana, y a diferencia actual, a raíz de lo que te acabo de comentar, hay muchos más músicos hoy que antes, yo siempre pienso que ha habido buenos y malos músicos, pero los malos músicos, pues, solitos se van relegando.
Sobre la situación geográfica, yo pienso que es cuestión de cada quien, lo que sí es muy importante, es de que los músicos cuando ya quieran entrar en la música en un terreno profesional les conviene ir a medirse a las grandes ciudades y en el mundo real de la música, y no quedarse nada más tocando en los bares de La Paz, porque de ahí no creo que salga nada para una carrera profesional.
*http://radioaltiplano.mx/15-especiales/47411-daniel-tuchmann.html
FLAC: https://thinfi.com/7vaj
ResponderBorrarHD(Parte1): https://thinfi.com/7vak
HD(Parte2): https://thinfi.com/7vam
Gracias :¬)
ResponderBorrarConocí a Daniel por allá en los 80, me tocó verlo tocar en el ahora Museo de las Intervenciones en Churubusco CDMX, donde se lució tocando sobre todo "Hace como un año". Después lo volví a escuchar en el Teatro del Pueblo en el Centro Histórico de la CDMX, ahí le falló feo el audio y en premio de consolación Briseño le invitó as palomear un blues del mismo Memo.
ResponderBorrarGran anécdota. Gracias por compartirla. Saludos.
Borrar¡Muchas gracias! ( ´ ▽ ` )ノ
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