Artista: Halcón
Álbum: Sueños
Año: 1988
Género: Rock
País: México
Fuente de análisis: LP original (1988), Peerless [M/S-2437-8]
Lista de canciones:
LADO A
1. Sueños
2. El fin
3. La música es magia
4. Qué viva el rocanrol
5. Hombres de acero
3. La música es magia
4. Qué viva el rocanrol
5. Hombres de acero
LADO B
6. Kraken
7. Un día más
8. Carrera contra la muerte
9. Alma cósmica
Sobre el disco (por Magnus Kraut):
SUEÑOS DE DOBLE GARRA – LA LEYENDA DEL GALLO Y EL HALCÓN
Dicen que no se debe juzgar un libro (o un disco) por la portada, pero hay casos como este material, en que no se debe juzgar por la primera rola. "Sueños" abre el disco y desmerece bastante su título, un sonido pulcro pero muy meloso y predecible con tendencias demasiado marcadas hacia el pop antes que al rock que hace recordar al Rainbow ochentero de Ritchie Blackmore. Es decir mucha pulcritud, mucha destreza en la ejecución pero falta el alma, está por completo ausente el verdadero espíritu que caracteriza al rock.
Pero, entonces da inicio el segundo track “El fin” y aquí sobreviene un giro de 360 grados, la pulcritud y la destreza se mantienen, pero el grupo toma en serio su trabajo, y si a la pulcritud, destreza y seriedad se le añade contundencia, una contundencia auténticamente rockera, se pasa del sueño a la realidad objetiva y es un mazo glorioso lo que se obtiene.
El halcón abre sus alas y muestra la garra; y es puro poder alado que se lanza y eleva vertiginoso a gran altura; y más que aprovechar las corrientes de viento de moda en aquellos años se catapulta a sí mismo con sus propias alas en notas musicales; muy melódicas son sus alas sí, pero también potentes y majestuosas. El escucha se queda anclado una y otra vez en el sonido de esta rola y pidiendo “El fin” una y otra vez mientras ve al halcón ir y venir surcando los cielos despejados y azules, rockeros y heavys. “Termina” el fin y después de él la música es magia y que viva el rock & roll.
“La música es magia” y “Qué viva el rock & roll” son los temas tres y cuatro, en ellos el halcón se lanza en picada desde lo alto y luego hace un vuelo casi a ras del suelo, básicamente son temas sencillos y al punto, en los cuales se celebra la vida y el amor y se afirma o se reafirma el gusto por el ritmo de los cuatro cuartos. Al final de uno de estos temas el teclado nos recuerda aquellos años 50 con sus chamarras de cuero, faldas largas y sus pistas de baile.
El tema número cinco es “Hombres de acero” en él el halcón se lanza de lleno en un viaje en el tiempo hasta los cielos de los años setenta, y nos trae desde allá un rock duro, enérgico y demoledor. Bajo avasallador, batería y teclados verdaderamente épicos y acompasados y unas guitarras filosas, este tema es una aplanadora, un mastodonte hard-rockero con chispazos de heavy. El ave bate sus alas con fuerza y le hace a uno recordar al Purple de Gillan y al Rainbow de Dio, pero con un sonido muy propio que distingue al Halcón. Aquí y en el track siguiente la técnica del grupo se luce y explota al máximo. Si hay un punto en contra en esta canción es el hecho de que termine demasiado rápido, apenas 2 minutos y treinta y dos segundos su duración que se van como agua entre las manos. Sin lugar a dudas otro tema que merece ser escuchado una y otra vez antes de pasar al siguiente.
“Kraken” es el track número seis y abre con un magnifico solo de guitarra acústica, guitarra española que nos indica que el halcón mantiene su viaje en los años setentas pero ahora vuela sobre la península ibérica. Esto lo confirman todos los demás instrumentos cuando entran en acción. Y es que el sonido no sólo es preciso y progresivo sino que hace pensar en un progresivo setentero muy particular, el llamado rock andaluz; híbrido surgido de la fusión de flamenco con rock progresivo propio de tierras españolas, esto es lo que parecen traernos en este tema las alas del halcón. Y a mí en lo personal me vienen a la mente grupos como Triana y Guadalquivir pero sobre todo el grupo Azahar. El rock duro parece hacer acto de presencia casi al final del tema pero en una cantidad menor. Tema instrumental por cierto. Un “Kraken” muy disfrutable con duración de más de cinco minutos.
“Un día más” es el track número siete, en él el halcón regresa de golpe a su propio tiempo, al final de los años 80, y parece que se asoma en una tarde que ya va cayendo para dar paso a la noche, por la ventana de un último piso de un edificio de departamentos, en una urbe gigantesca y contaminada, contaminada por el desamor, por la injusticia laboral y por la indiferencia. Esta rola es una meditación muy personal acerca de esa contaminación, pero también acerca de la nostalgia que a veces nos atrapa como una garra y como esa misma nostalgia nos fortalece y nos ayuda a reconstruirnos a pesar de todo y a seguir adelante y a prepararnos para vivir un día más y no dejarnos contaminar y no contaminar a nuestros semejantes.
Los dos últimos temas son los vuelos más elevados del halcón, en “Carrera contra la muerte” el halcón alcanza los cielos filosóficos y cuestiona con su afilado pico las guerra sin sentido y la locura de los hombres pero en particular la de los “poderosos”, que finalmente no son sino ignorantes que se creen saberlo todo y que en su ignorancia destruyen en vez de construir. También es un llamado a la unión más allá de la pose y las diferentes banderas. Un tema lento, musicalmente muy maduro y llegador.
En “Alma cósmica” el halcón rebasa con gran audacia los límites de la atmósfera terrestre y sale de ella, y tal como suele suceder en estos casos puede ver con una mejor perspectiva no sólo las cosas del mundo sino más allá, puede ver todos los eventos estelares de los cuales el mundo es apenas una pequeña parte, la mirada aguda del halcón que se ha vuelto cósmico y filosófico se nos traduce en mensaje y en música verdaderamente electrizantes: “¡Sí! Hoy me he puesto a pensar la grandeza que hay en tu alma cósmica… ¡No! nada puede fallar si en ti vibra el afán de encontrar la verdad… Sí, porque es parte de ti, de principio a fin, universo y cosmos…”. Sí, definitivamente con este último tema el halcón nos entrega un rock maravilloso, espacial, un heavy-rock fuera de este mundo.
Hasta el momento de redacción de esta nota que pretende ser un sencillo pero sincero homenaje al Halcón y a su único disco titulado “Sueños” y editado en el año 1988 por el sello Peerless no se ha podido conseguir gran información de la historia del grupo o de la historia musical de sus integrantes por separado (con excepción de uno de ellos). Solo sabemos que eran un cuarteto y que sus nombres eran: Javier, Miguel, Valentín y Aarón y que al parecer el primero era vocalista, el segundo guitarra y coros, el tercero bajista y el cuarto el baterista (aunque también se menciona a este último como posible vocalista).
Muchas preguntas quedan en el aire, por ejemplo: ¿Cuándo se formó y qué tiempo estuvo activo independientemente de la grabación? ¿Quién se hizo cargo de los teclados? ¿En qué otro grupo participó el vocalista Javier o no participó en ninguno? ¿Grabó con alguien más este vocalista? Su voz para quien esto escribe suena muy parecida a la del vocalista de Argus, Javier “Ozzy” Hernández aunque lo más probable es que sea solo eso, un parecido, ya que el “Ozzy” nunca ha mencionado este grupo en la lista de los grupos en los que participó además de Argus en los 80. No obstante, hay algo que sí sabemos con seguridad y que explica en gran parte la grandeza musical y el virtuosismo creativo que caracterizan a este Halcón y que como grupo dejó plasmados magistralmente en su único disco.
El guitarrista de este grupo no es otro sino Miguel “El Gallo” Esparza, aquella figura legendaria del rock mexicano que en los años setentas formó parte de la alineación de La verdad desnuda y después de los Dug Dug’s y que grabara con los primeros su único EP y con los Dugs el álbum “El loco”. Y a quien todos los devotos del rock mexicano ubicamos más con el bajo poderoso que con la guitarra y que en este disco nos sorprende con su estupenda ejecución en la lira. De esta manera se entiende que cada una de las dos garras del Halcón sea tan poderosas como sus alas; pues cada una de ellas no solo es garra de halcón sino que tiene también algo de gallo legendario. Doble garra de doble poder. Poder de Halcón y poder de Gallo.
NOTA ADICIONAL: Mucho después de ser redactado el anterior escrito; en entrevista para “Buscando el rock mexicano” Miguel Esparza declaró (aunque no preciso el nombre) que el vocalista de Halcón fue “un señor que contratamos y vino desde Ciudad Juárez” (sic). Esto desecha por completo la teoría de quien esto escribe en el sentido de qué por la voz, parecía ser Javier Hernández.
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Gracias :¬)
ResponderBorrarNo conocía a esta banda...vamos a ver que tal...¡Gracias por compartir!
ResponderBorrarMe sentí con muchas ganas de disfrútalo y no defraudó la única rola que conocía era sueños, mucho tiempo busque l disco por ella y al oírlo completo, si es la menos buena ,aún sin ser mala
ResponderBorrarExelente aporte gracias
¡Muchas gracias! ( ´ ▽ ` )ノ
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