Álbum: Giróscopo
Año: 2004
Género: Rock progresivo, Jazz fusión
País: México
Fuente de análisis: CD original (2004), Saxangel [OMI 001]
Lista de canciones:
1. Betelgueuse
2. Giróscopo
3. Nicam: Camino
4. Nicam: Nicam
5. Nicam: Selva
6. Bajo las nubes (ballet)
7. Terra
8. Aqua
9. Ventus
10. Ignis
11. Casi al amanecer
Músicos participantes en las notas del disco.
Producción: Omar Guzmán.
Sobre el disco (por Mariana Norandi, para el periodico La Jornada*. 27 de marzo de 2004):
Hace el trabajo que no se ve, pero el que exige ser escuchado. Su obra es amplia y versátil, resultado de un oído nutrido de infinidad de ritmos que ha ido recolectando por todos aquellos países a los que ha llevado su música. Compositor, director musical, arreglista y productor, Omar Guzmán (México, 1955) es de esos artistas fructíferos, incansable en ideas, que vive el proceso de composición como un acto amoroso. Durante 15 años (1982-97) fue director musical de la cantante Eugenia León, a la que le produjo varios discos y compuso arreglos que permanecerán imborrables en nuestra memoria musical, como el que realizó a Un mundo raro y del que Lola Beltrán expresó: "con ese arreglo, esta canción ganó 100 años más de vida".
Pero si la mancuerna León-Guzmán funcionó como un sólido eslabón creativo, este compositor encontró a alguien con el que establecería otra fértil relación artística: Jaime Humberto Hermosillo. A este director cinematográfico le musicalizó gran parte de su obra, obteniendo dos Arieles por sus composiciones para las películas Escrito en el cuerpo de la noche (2000) y Exxxorcismos (2002).
En su faceta de productor discográfico, Guzmán ha trabajado con intérpretes como Lluvia Rey, Georgina Meneses, Armando Rosas y Susana Harp. Desde hace cinco años se encarga de la dirección musical de la cantante Rocío Dúrcal y es asesor de la obra de Francisco Gabilondo Soler Cri Cri. Ahora, después de haber trabajado durante tantos años "para terceros", decide sacar un disco instrumental de su propia autoría, en el cual desempolva diferentes piezas de su trayectoria musical y nos pasea por casi dos décadas de su composición.
El disco, titulado Giróscopo, es un convergir de influencias musicales y experiencias personales que invitan a dejarse llevar por distintas sensaciones. Con un evidente cimiento clásico y academicista, predomina el sonido de los sintetizadores que amalgaman con naturalidad instrumentos tan diversos como el oboe, la marimba o la zampoña. Por la música de este compositor transitan imágenes, casi cinematográficas, que transportan por diferentes geografías musicales, apeándose inevitablemente en los ritmos tradicionales mexicanos, vistos por Guzmán como un filón creativo todavía poco explorado por nuestros músicos.
Omar Guzmán es un hombre sencillo, amable y tremendamente inquieto. Interesado no sólo por la música, sino por su entorno social e histórico, nos habla acerca de sus vivencias musicales. Su expresión coloquial, por momentos, es contaminada por un elevado grado de tecnicismos, ininteligibles para los que no entendemos de síncopas y compases. Pero su plática, sin lugar a dudas, refleja una vida entregada a la música.
-Después de haber producido tantos discos para otros, ¿por qué esperar 20 años para sacar un trabajo personal?
-Empecé a componer en 1977, de hecho la primera pieza del disco es de 1978, pero luego me metí en miles de cosas y no movía mis composiciones. Más tarde conocí a Eugenia León y guardé en el cajón lo que había grabado porque ese proyecto con ella empezó a caminar muy fuerte, me gustaba y me absorbía todo el tiempo. En 1992 empecé a componer para cine y a trabajar mucho como arreglista, eso pospuso el disco.
-¿Qué representa ahora este disco?
-Es parte de lo que he hecho en 20 años. He evolucionado y, musicalmente, ya no pienso así, pero creo que son composiciones frescas y vigentes.
-En este disco predomina un sonido electrónico, ¿qué relación ve entre la actual música electrónica y lo que usted presenta en este trabajo?
-No veo relación. En aquel entonces era muy difícil tener acceso a grupos de cámara, entonces decidí empezar con piezas electrónicas pero con un sentido orquestal y de composición. Lo de ahora está metido en un ritmo computarizado muy cuadrado y no tiene partitura para que pueda ser tocado por cualquier músico.
-Giróscopo es un disco complejo de definir, ¿cómo lo define usted?
-La música es tan abierta y abstracta que es imposible definir. Yo tengo influencias rítmicas de la música mexicana, del jazz, del rock de los 70, del tango, del barroco y de toda la música que escucho.
-Su trabajo como director musical y productor se ha enfocado mayormente en voces femeninas, ¿es una opción o una casualidad?
-Lo que ocurre es que en México, a pesar de tantos millones de gente, no hay muchos cantantes hombres que se dediquen a interpretar canción. Después de lo importante que fueron el bolero, el danzón y el mambo mexicano, al llegar el rock, en los años 60, se da un parteaguas y se empiezan a hacer versiones en español de cantantes como Elvis Presley. Ese vacío no se ha recuperado.
-¿Qué le ha dejado la canción?
-La canción es muy fuerte, sobre todo por la catarsis que puede llegar a desatar con el público. A diferencia de la música instrumental, que requiere de otra actitud para escucharla y de más esfuerzo para entender su lenguaje, la canción es muy directa porque el texto atrapa.
-¿Qué cantantes actuales le gustan?
-Estrella Morente me hizo llorar en Madrid. También me gusta mucho la brasileña Leila Pinheriro. De México, es una pena, pero hay muy pocos.
-¿Cómo vive el proceso de composición cinematográfica?
-En el cine la música es lo último que se hace y, por lo general, a las carreras. A mí me dan la película en video y me concentro en los diálogos. La música en cine tiene que ver con el contexto histórico de la película, con las locaciones, la temática, el género y tienes que meter la música como un personaje más. Para mí la música en el cine es un personaje que camina entre los otros personajes, entre sus silencios y espacios.
-Casi toda su obra musical cinematográfica ha sido para películas de Jaime Humberto Hermosillo, ¿qué le parece ese director?
-Un tipo atrevido, audaz y muy valiente. Respeto profundamente su trabajo y me identifico con lo directo y fuerte que dice las cosas. A veces su cine es difícil y me ha puesto en situaciones complicadas porque tienes que ser muy autocrítico si quieres imaginar música para algunas de sus escenas.
-¿La música en el cine tiene que asumir la visión crítica del director o se puede mantener como un elemento neutral?
-Tiene que estar a la par de lo que está proponiendo el director porque, si no, puede echar a perder la película.
-Usted ha compuesto música para concierto, danza, teatro y cine. Es arreglista y productor discográfico. Tras tantos años de contacto con diversas expresiones culturales, ¿cree que existe un proyecto cultural en México?
-No, porque las cosas se hacen de una manera desbalagada. Debería haber un proyecto profundo que empezara desde el jardín de niños y que fomentara la sensibilización del infante hacia las artes. Que se les pagara más a los maestros para elevar el nivel que tienen. Que en las primarias no pongan a Tatiana en las fiestas de fin de año porque tenemos artistas como Cri Cri, que son importantísimos dentro de nuestra tradición. La cultura hay que replantearla de una manera distinta. De parte de las instituciones culturales hay poco apoyo y mal repartido. Por ignorancia, sus directivos tienen mucha falta de visión para valorar y difundir nuestro pasado artístico. Los libros de texto de las primarias deberían incluir a músicos como Silvestre Revueltas, Carlos Chávez o Pablo Moncayo, porque no se conocen. Nuestro pasado artístico se debe difundir para que prevalezca, nos enriquezca y genere nuevas propuestas.
*https://www.jornada.com.mx/2004/03/27/08an1esp.php?origen=espectaculos.php&fly=
FLAC(CD): https://thinfi.com/0ex4t
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