Kenny y Los Eléctricos - Kenny... y Los Eléctricos

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Artista: Kenny y Los Eléctricos
Álbum: Kenny... y Los Eléctricos
Año: 1988
Género: Pop rock
País: México
Fuente de análisis: LP original (1988), Melody Internacional [MITV/152]

Lista de canciones:

LADO A

1. No huyas de mí
2. Sueños
3. Enigma
4. Debes regresar

LADO B

5. Muñeca
6. Tengo ganas
7. Esperando
8. Vueltas y vueltas
9. Víctima


Productor: Ricardo Ochoa M.
Productor y director creativo: Luis de Llano M.


Sobre el disco (del libro Sirenas al ataque de Tere Estrada):

En 1988, apareció la tercera producción de Kenny y los Eléctricos llamada "No huyas de mí", con Melody. Ricardo Ochoa nuevamente produjo y compuso las canciones para este acetato. Kenny hacía algunas melodías y la mayoría de las letras, además de tocar la armónica. "Nunca he parido, pero supongo que así se siente cuando estás en el estudio. Es maravilloso participar en las sesiones de grabación, quisiera que no acabaran. Es una experiencia muy diferente a tocar en vivo. Me gusta hacer las cosas sin equivocarme, por lo que grabo en pocas tomas".

En Kenny y los Eléctricos, hubo varios cambios de integrantes. Cuando sacaron su tercer disco participaron Javier Amaro "la Chiquis" (futuro baterista de Fobia), Federico Fong (futuro bajista de Jaguares; aunque según cuenta el propio Fong quien grabó el bajo en el disco fue Sabo Romo y él se integró despúés apareciendo en las sesión de fotos del álbum) y Alex Syntek. Sin embargo, a lo largo de la existencia del grupo tocaron con músicos que en los noventa formaron bandas sobresalientes como Bola y Lino de La Lupita, Diego y Sabo de Caifanes y Fratta.

Con "No huyas de mí" hicieron promoción en radio y televisión en toda la república. Alternaban con El Tri en los hoyos y en 1988 se presentaron en León, Guanajuato, alternando con el guitarrista Carlos Santana, en un estadio de futbol.

El que grupos locales comenzaran a ser abridores en conciertos masivos internacionales, da un panorama del proceso de expansión del rock mexicano. Desde 1984 hasta 1991, uno que otro grupo mexicano de muy variado estilo mostró su trabajo en conciertos de esta magnitud. Hasta 1992, México no era tomado en cuenta para las giras internacionales de grupos de rock extranjeros. A principios del gobierno de Carlos Salinas de Gortari fue definitivo el permiso para los conciertos masivos.

Kenny describe el apoyo que brindó a artistas que apenas iniciaban: "Alejandra Guzmán es mi mejor creación. La conocí en Televisa estábamos juntas en el centro de capacitación en 1986, la invité a hacerme coros. Le diseñaba ropa y la llevé con mi maestro de canto. Otro caso es Totis, una de las cantantes de Microchips, entró al grupo porque yo sugerí que tenía facilidad para bailar y cantar".

Para Kenny fue decisiva la influencia de Ricardo Ochoa en su carrera como cantante, era un maestro con una paciencia impresionante. Muchos músicos lo consultaban y él los exhortaba a componer canciones y no sólo tocar covers. "Desde que iba en la secundaria, me apasionaban las telas y texturas y desarrollé la habilidad de diseñar ropa. Los harapos de la abuelita los bordaba y cosía dando como resultado una facha atrevida y loca. Yo misma me confecciona mi ropa para los conciertos, incluso le he hecho ropa al grupo Garibaldi, Alejandra Guzmán y Sasha".

En 1990, cuando el grupo Los Eléctricos se disolvió, Kenny, quien había firmado contrato con Luis de Llano y no con Melody, fue vetada en radio, televisión y la misma disquera. Dejó de grabar por tres años. Entre tanto, en 1991, aunque Ricardo Ochoa, pilar musical del proyecto de Kenny y los Eléctricos se había ido, Kenny armó una banda y siguió tocando. Invitó a Felipe Staiti, guitarrista de los Enanitos Verdes a que tocara con ella durante un año; "el Bola" se incorporó en la batería, Lino Nava en la guitarra y Gustavo Lozano en el bajo.

"Estaba acostumbrada a que alguien me dirigiera, así que le dejé el paquete a Felipe Staiti. Con esta banda me presentó en el Sport Arena en un concierto para 15 000 personas en Los Ángeles. Como Melody no me daba mi carta de retiro, no podía grabar y eso me quitó mucha fuerza publicitaria, de hecho cobraba la cuarta parte de lo que cobraba antes. Melody me dio 15 millones de entonces para que hiciera un demo, que Felipe Staiti produjo. Sin embargo, me ignoraron al igual que otras compañías transnacionales, en las que insistí por año y medio. 'Tienes una voz maravillosa, pero no nos interesa, queremos grupos nuevos, jovencitos', me decían. Tuve que enfrentarme sola a negociar, cuando antes tenía quien me representara y quien decidiera por mí. Además no tenía músicos de planta, sólo 400 'hueseros' que en ocasiones faltaban a los conciertos".