Margie Bermejo - La eterna desventura de vivir

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Artista: Margie Bermejo
Álbum: La eterna desventura de vivir

Año: 1985

Género: Jazz, Latino, Blues rock

País: México

Fuente de análisis: LP original (1985), Pentagrama [LPP-034] 

Lista de canciones:

LADO A

 1. Amor en paz

 2. Eu sei que voy te amar

 3. Basta

 4. Desesperadamente

 5. Maldigo

LADO B

 6. Fine and mellow

 7. The man I love / My old flame

 8. Cry Baby / Move over

 9. When a man loves a woman

Músicos:

Roberto Aymes - dirección musical, arreglos, contrabajo y bajo Ibañez

Salvador Merchand - batería y percusiones

Cristobal López - guitarras

Joao Enrique Santos - teclados y solos, sintetizador Yamaha DX 7 y voz en "Eu sei"

Víctor M. Peña - sintetizadores Yamaha DX 7, Roland Juno

Coros: Gladys Bermejo, Tiki Bermejo, Margie Bermejo, Joao Enrique Santos, Betsy Pecanins

Producción: Modesto López.

Sobre el disco (por Fernando de Ita):

- ¿Por qué se matan las cantantes?

Esta fue una pregunta que Margie y yo nos formulamos hace algún tiempo, al notar que las vocalista a las que ella admiraba con mayor fervor, como Violeta Parra, Billie Holiday, Édith Piaf, Janis Joplin; habían perdido la vida trágicamente, luego de una apasionada y tormentosa existencia. Al añadir a la lista de sus preferencias musicales los nombres de Luchar Reyes, Silvia Téllez y Elis Regina, pudimos observar que todas estas mujeres, todas estas cantantes... se habían suicidado.

A pesa de las notables diferencias históricas y culturales que pueden separar a Violeta Parra de Janis Joplin o a Lucha Reyes de Edith Piaf, y por encima de la diversidad de estilos musicales que cada una de estas cantantes practicó, hay, por así decirlo, una vida en común que las une en el amor desolado, el abuso de "paraísos artificiales", y su desgarrado coraje por defender, con su voz, su identidad femenina. Mejor dicho: Su lugar como mujeres en el mundo.

Es en las canciones de amor perdido en donde todas ellas alcanzan momentos inolvidables, aunque en el conjunto de su obra, si así se le puede llamar a la producción de una cantante, caben todos los registros de la música popular, porque ellas fueron auténticas intérpretes de la emoción, del sentimiento, del dolor colectivo. Su originalidad consiste en que le dieron voz propia a eso que es la desventura de vivir; que no es la pena de estar vivos sino la angustia de no poder darle un sentido a esa existencia.

Aunque finalmente esas voces alcanzaron el reconocimiento público y la difusión masiva, llegar a ese punto les costó parte de su vida. Como hoy mismo sucede, la industria discográfica desconfía de inmediato de la calidad artística, la originalidad, el talento musical y la inconformidad con el lugar común de estas cantantes. Por una extraña inversión de valores, los mercaderes del disco sostienen que este tipo de cantantes no les gusta a la plebe. Elis, Violeta, Janis tuvieron que mover primero montañas de gente común y corriente para que las disqueras comerciales comenzaran a volar como zopilotes sobre su cadáver. El botín fue de los fenicios: Las cantantes pusieron su voz en prenda, y terminaron materialmente con las cuerdas vocales reventadas por el alcohol, la coca y los besos de sus malos amantes. Así sus verdugos aparecieron con las manos limpias: Las locas eran ellas.

A finales de 1985 es de nuevo una locura producir un disco fuera de la industria comercial. Cuando algunos músicos, compositores, letristas e interpretes de distintas generaciones, gustos e inclinaciones musicales, habían logrado grabar sus producciones y difundir algo más su música en los canales "alternativos" que se fueron abriendo a principios de los ochenta, prensar un disco con un buen porcentaje de calidad sale regalado en dos millones de pesos.

Por un lado, hay cantantes como Margie que ya han alcanzado un alto nivel profesional y logrado establecer una voz propia, y músicos como Roberto Aymes, con mayor experiencia, tino y sapiencia musical, y por otro lado la crisis anda totalmente suelta, y nunca se puede hacer el disco soñado. No importa, ya que se puede oír aquí un notable cambio en la proyección y el alcance vocal de Margie, respecto a su pasado disco; se escucha claramente una mayor riqueza en los arreglos, y la precisión y limpieza que han alcanzado los músicos aquí presentes.

Como siempre, un disco así sólo puede hacerse con mucha solidaridades, con muchos sacrificios, con muchas ganas. Pero también trabajando con mayor rigor y nivel profesional. Ideado originalmente como un espectáculo para responder al ¿por qué se matan las cantantes?, el disco da a su manera una posible respuesta: Se matan para poder grabar su próximo L.D.