Real de Catorce - 9

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Artista: Real de Catorce
Álbum: 9 (Nueve)
Año: 2000
Género: Blues rock
País: México
Fuente de análisis: CD original (2000), Discos Pueblo [CDDP-1207]

Lista de canciones:

 1. Déjame tranquilo
 2. Agua con sal
 3. El Gárgaras
 4. Sola
 5. Un buen café
 6. El misterio de las cosas
 7. Al poeta
 8. Adiós, partí
 9. Mi Susy
10. No soy el hombre de tu vida


Real de Catorce:
José Cruz - voz y armónica
Fernando Ábrego - batería
Julio Zea - guitarra eléctrica
Jorge Velasco - bajo
Carlos Torres - violín


Sobre el disco (por Antonio Malacara - La Jornada, 2000):

Este siglo XX que está por terminar es el siglo de la música negra. No hay un lugar en el planeta donde el influjo de sus ritmos, sus acentos y sus colores no hayan transformado nuestra percepción y nuestros conceptos del arte. En el caso específico del Blues, una música gestada hace 400 años entre los esclavos africanos del norte de México y el sur de Estados Unidos, éste derivó primero en ragtime, después en jazz y posteriormente en rock, aunque ni su ser blusístico original ni su esencia se vieron nunca alterados.

El Blues es una realidad vigente y enriquecedora que se proyecta hacia el nuevo milenio con más fuerza que nunca, y Real de Catorce es uno de sus profetas. Los rituales de iniciación se dan entre el delta del Missisippi, el desierto de San Luis Potosí y las calles de la Ciudad de México, dando como resultado, catorce años y nueve discos después, un álbum de excelencia donde tradición y vanguardia se miran de frente, unidas por un lenguaje tan cotidiano como poético y tan poderoso como sutil.

El nuevo disco de Real de Catorce se llama Nueve y su contenido es tan envolvente y bello como toda su obra anterior, pero en esta ocación las piezas son todavía más directas, se construyen con una inmediatez que da paso automático a la improvisación, donde el poder instrumental de cada uno de sus integrantes logra dar rienda suelta a dioses y demonios por igual.

La técnica ha tenido avances evidentes, sin que por ello se sacrifique una sola micra de sensibilidad o entusiasmo. La columna vertebral se localiza todavía en la voz, la poesía y la armónica de José Cruz y, evidentemente, en la batería Fernando Ábrego, los dos oficiantes de todos los tiempos. La guitarra de Julio Zea, en su segunda incursión con el grupo, trasciende con creces las enseñanzas del maestro (Pepe Iglesias) para mostrarnos su(s) propio(s) discurso(s). Mientras tanto el violín del Carlos Torres debuta con discretas y elegantes apariciones. Mención aparte merece el bajo de Jorge Velasco, quien llega con una larga estela de credenciales y tablas para impregnar de nuevas profundidades al ya de por sí nocturno sonido de Real de Catorce. 

Si aún eres lego en estas cuestiones del blues en español, lo menos que te puede pasar al escuchar este disco es que des un paso al más acá, a los terrenos de la realidad real, donde la prosodia entre música y letra se da de manera monumental, con una naturalidad mágica que transforma los dos cuartas en una suerte de rascacielos de extrañas geometrías que te devuelven (en caso de haberlos perdido) los motivos para levantarte y entender por qué el Nueve es un número mágico, un número invisible, y por qué Nueve es el disco más blusero, el mejor disco de Real de Catorce.