Tierra Baldía - Tierra Baldía

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Artista: Tierra Baldía
Álbum: Tierra Baldía
Fecha: 20-agosto-1987
Género: Rock
País: México
Fuente de análisis: LP original (1987), Disco Pentagrama [LPP-066]

Lista de canciones:

LADO A

 1. Penitencia por rocanrrolear
 2. ¿Qué hacer?
 3. El blues de los cinco pesos
 4. Mi rostro en un aparador

LADO B

 5. Dulce mariposa
 6. No más queso
 7. Harta soledad
 8. Esperando el fruto, celebrando la flor


Integrantes:
José Luis Benítez - bajo, voz, coros
Eduardo Guerrero - sintetizador
Olinto Montiel - guitarra eléctrica líder, guitarra acústica, voz, coros
Víctor Hugo Montiel - flauta, armónica, coros
Ramón Patiño Espino - voz, coros
Jesús Romero - guitarra eléctrica, coros
Armando Salgado - batería


Sobre el disco:

Del amplio catálogo en el rock mexicano de "Debut y despedida" y de la colección "Joyas desconocidas", llega ahora el turno del grupo poblano Tierra Baldía. Grupo quizás más reconocido como el grupo que grabó el álbum debut de Carlos Arellano, "Canciones domésticas", y del cual el mismo Carlos en algún momento fue bajista. Deben su nombre al poema "La tierra baldía" (The waste land) del británico-estadounidense T. S. Eliot. Tienen influencias de rock duro muy melódico, toques de progresivo y folk rock, que al escucharlos canción a canción me traen a la mente varias bandas setenteras, anglosajonas principalmente, pero ninguna que se asemeje completamente, sólo a nivel de influencia. Pero la principal virtud del grupo es que este sonido va aunado a una exploración lírica inteligente, lo que hacen a este disco más que interesante.

Con la fiereza de las guitarras eléctricas empieza a encaminarse el primer tema del disco, el cual cuenta con un magnífico y ágil riff de guitarra que acompaña la potente sección rítmica. Su letra viene a ser un magnífico himno al rock & roll, que aunque para ese tiempo ya había perdido su apellido para enriquecerse con otras influencias, no deja de ser el ritmo base al que se regresa, como lo hacen ellos aquí, para reavivar ese fuego original que inició todo. Y aunque se le quiera estigmatizar nosotros estamos dispuestos a pagar la "Penitencia por rocanrrolear".

Una de las grandes canciones de amor del rock mexicano, "¿Qué hacer?". Aquí es donde exhiben su lado poético y sensible en anhelo a la persona amada que se encuentra ausente, con este arreglo cargado de emotividad, que cuenta con guitarras a dúo en armonía, un teclado y una flauta transversal, elementos que le dan esa influencia progresiva. Va de lo suave de los arpegios, a lo pesado de los acordes graves distorsionados.

Nunca está de más un buen blues para desahogar los pesares de la vida cotidiana citadina, de esto va "El blues de los cinco pesos". Una estupenda letra marcada por la ironía de los pesares del que canta, pues la ciudad es en parte causa de sus problemas y, a final de cuentas, parte causa de la "solución" de los mismos. Musicalmente también es notoria una mayor exploración sonora en la estructura básica del blues.

De regreso al Hard rock, tirándole al sonido del Heavy, con "Mi rostro en un aparador". Llama la atención la presencia de la flauta que enriquece sumando melodías, pero sin pretenciones medievales o preshispánicas, como luego hacen muchos de los grupos que incorporan este instrumento. De hecho me recuerdo más a los adornos del teclado que incorporaba Deep Purple en su faceta hardroquera. La música a la mitad desemboca a un pasaje más apacible donde el entorno lo crean un teclado, una guitarra acústica rasgada, la flauta y otra guitarra eléctrica con un sonido más limpio. Pero la paz es sólo temporal pues la banda retoma su sonido aguerrido. La letra es bastante enigmática y la alternancia en voces para los pasajes y los coros es precisa.

Ya en su estilo Folk rock nos entregan "Dulce mariposa", que es de las canciones que más reminiscencias me trae a diversos grupos como Captain Beefheart,  Crosby, Stills & Nash, e incluso los Dug Dug's (siento que incluso otro(s) grupo(s) que no logro recordar). Aquí sobresale el sonido del sintetizador, con los rasgueos de las guitarras eléctricas limpias, la flauta y las voces en armonía que en un par de momentos de la canción se quedan solas para finalizar así.

Otro tema de Hard rock que transita un tanto juguetón y que nuevamente me recuerda por momentos al sonido de Deep Purple; "No más queso" pareciera tener una temática de inconformidad donde intercambian protagonismo los veloces fraseos de la guitarra y las melodías de la flauta.

La canción con una letra más plenamente poética, "Harta soledad" nos acerca al lado progresivo del grupo que asoma una influencia de Pink Floyd, con un amplio desarrollo ascendiente en el que se van sumando poco a poco todos los instrumentos, un cambio de ritmo pasando la mitad y que remata con un explosivo solo de guitarra. Un auténtico viaje esta canción.

Para finalizar en la misma línea pesada del grupo, que para variar, su sonido ahora me recuerda un poco a Uriah Heep, llega "Esperando el fruto, celebrando la flor". Pero como menciono, esa exploración lírica del grupo, así como sus voces sin tantos aires de grandilocuencia, hacen que el grupo se distinga de las bandas de rock duro habituales que le restan importancia a sus letras para dárselas más al virtuosismo o al pleno lucimiento.

No es de extrañar a estas alturas, con todo el material analizado en este espacio, que el disco de este grupo jamás haya sido... bueno, al parecer sí existió una edición en CD de este material (desconozco de qué año), según información de uno de los integrantes del grupo quien lo comentó en un blog hermano (Las 100 mejores canciones del rock mexicano: 63. Tierra Baldía - ¿Qué hacer?). Sin embargo, si la edición en elepé de este material es escasa y un tanto difícil de encontrar, más aún lo es la de CD que francamente jamás he visto una copia de dicha edición. Por lo tanto, no se queden sin escuchar este material de Tierra Baldía, que como dijera su último tema: "Una canción no ha de salvar tu vida, pero te ayuda a empujar..."