Ronny - El árbol de la noche triste / La zona del silencio

Artista: Ronny

Álbum: El árbol de la noche triste / La zona del silencio

Año: 1990/1991

Género: Etno-rock, Ambient, New age, Rock progresivo

País: México

Fuente de análisis: CD reedición (1992), Grabaciones Lejos del Paraíso [CDGLP 036] 

Lista de canciones:

- El árbol de la noche triste (1991)

 1. La sombra de los Dioses

 2. Encarnación y muerte

 3. El despertar de la serpiente

 4. Amanecer de corazones

 5. Sombras de ceniza

 6. Tzi Tzi (sonido de campanita)

 7. El laberinto de los espejos

 8. El charo de la salamandra

 9. Capricho de la fortuna

10. Cruce de cultos
11. Último encuentro
12. Después de la consumación (himno a Quetzalcoatl)

- La zona del silencio (1990)

13. El bostezo del mar muerto
14. SAXAUL
15. Lluvia de estrellas
16. El lamento de las tortugas bizcas
17. Antes de las arenas
18. Vestigios melancólicos
19. Crepúsculo
20. El rincón de los faroles celestiales
21. Eclipse subterráneo
22. Media luna

Sobre el disco (del libro "El otro rock mexicano" de David Cortés):

Ronny es un multinstrumentalista oriundo de Torreón que a temprana edad comenzó a beber efluvios de la música. Desde sus inicios, Ronny ha transitado peligrosamente por la delgada línea existente entre el new age y otras formas de música instrumental. La filosofía personal del tecladista tiene un arraigo casi místico, y aunque ello permea su música, también encontramos una vitalidad desusada, una alegría totalmente festiva.

Ronny trabajó, al menos hasta 1994, sin establecer contacto alguno con músicos de la capital. Se hizo ayudar por instrumentistas de su localidad , pero no encontró suficiente retroalimentación; se nutrió con sus propias ideas y de las impresiones que el paisaje circundante dejaron en él. Y fue precisamente a partir de una sacudida que Ronny elaboró una de sus opus mejor logradas. En 1990 editó, nuevamente en producción independiente y todavía en formato de LP, "La zona del silencio", un álbum donde consiguió elaborar un documento más personal, articulado a partir de sus propias vivencias y emociones y en el cual las influencias se disiparon. Ronny aprendió a utilizar su paleta de sonidos y, con mayor seguridad, se dedicó a pintar cuadros sin necesidad de inspirarse en otros originales. Con este disco también consiguió traspasar el círculo de la marginalidad para trasladarse, aunque discretamente, a otros planos. Su música aún no era referencia, la mención de su nombre todavía causaba sorpresa, pero el anonimato ya no era absoluto. Si en sus primeras aproximaciones los rasgos propios eran apenas reconocibles, "La zona del silencio" se convirtió en un primer punto climático. Ya teníamos al instrumentalista, pero el compositor despertó finalmente, aunque la realidad a la que arribó fue tan cruda como el sueño del que había salido. Sin presentaciones en directo, con una difusión escasa, viajando de boca en boca, Ronny apenas lograba mantenerse.

"La zona del silencio" es el primer viaje propuesto por Ronny donde el escucha queda plenamente satisfecho. Si bien existen instantes en los cuales encontramos ecos de Tangerine Dream, estos funcionan como puntos de contacto. La combinación de la electrónica con la guitarra eléctrica pinta imágenes intensas en "El lamento de las tortugas bizcas" y "Crepúsculo"; las percusiones, por ejemplo la tabla en "SAXAUL", dan indicios de misterio. Cada nota se vuelve una señal, un signo en esta travesía por el desierto y su velo de desolación e infinitud. Ha ocurrido un proceso de maduración. Sin embargo en su siguiente producción -también un trabajo conceptual originalmente editado en caset- titulada "El árbol de la noche triste" (1991), Ronny no consiguió superar lo realizado en su predecesor. Al querer evitar los clichés prehispánicos, el compositor no pudo plasmar a plenitud las imágenes de los títulos. Cierto, se reveló como un excelente retratista sonoro, pero esto no lo llevó a entender cabalmente el concepto. No obstante, "El árbol de la noche triste" levantó ámpula, sobre todo cuando se le reeditó en 1992. Xavier Velasco escribió:

Heredero de las fantasías progres de los 70 y armado de una seria devoción por el infinito, Ronny pertenece al apreciable linaje de los músicos que de su travesía solo conocen el punto de partida [...] Si esto no fueran dos álbumes conceptuales sino un largometraje, difícilmente habría dinero que alcanzara para sufragar los escenarios y los extras.