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miércoles, 8 de enero de 2020

Armando Rosas y La Camerata Rupestre - La evolución de las especies

Artista: Armando Rosas y La Camerata Rupestre
Álbum: La evolución de las especies
Fecha: 17-noviembre-1989
Género: Folk rock
País: México
Fuente de análisis: LP original (1989), Centro independiente de investigaciones musicales y multimedia [LP-ARA 1] + CD reedición (2005), Ediciones Pentragrama [APCD-566] + Caset reedición (1996), independiente [-]

Lista de canciones:

LADO A

 1. A muerte
 2. Dime que no
 3. Otra vez una historia de amor
 4. Supliendo el amor

LADO B

 5. Música para vedettes
     - Pahuatlán
     - La extinción de las especies
     - Caponera  
 6. Complot mongol
 7. Mi más viejo amor
 8. Invención para tragafuegos y cuarteto rupestre


Músicos:
Armando Rosas - voz y guitarras
Javier Platas - cello
Javier Guillén - violín
Mario Mota - clarinete, armónica, sax y bajo


Sobre el disco:

Armando Rosas y La Camerata Rupestre ya nos habían demostrado en su disco debut la calidad de su propuesta musical que fusionaba el rock rupestre con la música de cámara (aunque su peculiar instrumentación les permitía experimentar con otros géneros), un estilo por demás particular que les había dado como resultado algunos de los arreglos más sobresalientes del rock mexicano con joyas como "Cisne", "Herraje", "Papalote" o "Quizás". Desafortunadamente este su segundo material sería el último de Armando acompañado por este ensamble de músicos. Y aunque por lo que he escuchado la mayoría de gente se inclina más por el disco debut de Rosas con la Camerata, he de decir que personalmente La evolución de las especies es mi disco favorito de ellos.

Si bien el primer disco del grupo tiene algunas canciones de gran nivel como las antes mencionadas, a mi percepción el nivel de otra rolas que completan el disco no es tan alto, sobretodo a nivel de arreglos. No es que sean malas simplemente que las siento un tanto como demos, acompañadas de otras rolas más trabajadas. En cambio en este disco la calidad de las composiciones es más equitativa, de un nivel más parejo en cuanto a composición y arreglos.

El disco abre con una composición del escritor y músico Alain Derbez, "A muerte", quien es saxofonista del grupo de jazz La Cocina y uno de los mayores investigadores de dicho género en nuestro país. 'En "A muerte" suena, primero, una especie de juego verbal, parodiando los diálogos de espiral infinita entre amigos alcoholizados; todo un guiño humorístico, irreverente. Después, en gran contraste, suena la guitarra acústica clásica de Armando Rosas, que, en una adaptación para guitarra clásica, interpreta las primeras notas del Tercer movimiento (courante) de la Suite para Cello N° 1 en Sol Mayor (BWV 1007) de Johann Sebastian Bach. Y por si la sorpresa fuera poca, de inmediato entra el cello de Javier Platas, primero, y después el violín de Javier Guillén El paparrín, en una introducción de dueto de cuerdas simplemente magistral, hasta que revienta en el arreglo total, que incluye el bajo de Mario Mota y una batería electrónica, en esa mezcla de rock y música clásica que sólo La Camerata Rupestre ha ensayado en México, llena de referencias casi paródicas a su propia formación profesional de músicos clásicos. Rosas canta con su estilo de voz nasal, poniendo fuerza, pero sin excederse, como sugiere el espíritu aguerrido, pero no solemne, de la letra'(*).

"Dime que no" es una balada con una letra un tanto enigmática pues de primera instancia pareciera una canción de reproche hacia una persona compañera en una relación, pero si se analiza toda la letra está muy cuidada para no revelar demasiado, ni siquiera el género de la persona a quien se dedica. Tiene varios versos muy poéticos que embellecen tanto como los instrumentos. Aquí podemos escuchar la participación de un saxofón que junto con el cello y el violín nos dejan un pasaje instrumental fantástico que va de los tonos clásicos a un estilo más jazzero.

"Otra vez una historia de amor" nos trae otra colaboración entre Rafael Catana y Armando Rosas, una bella estampa urbana, cotidiana, que de una manera muy poética parece retratarnos el fin de una historia de amor, pero no desde una perspectiva triste, sino de una más esperanzadora para la mujer que inicia un nuevo camino (aunque igual la letra, dado su lenguaje bien cuidado se presta a interpretación). La música arranca con la guitarra acústica limpia con un rasgueo en un ritmo de 2/4 al que después de le une el bajo que le da mayor cadencia a la música, para finalmente sumarse los otros instrumentos de cuerda más la atinada adición de una armónica que ya con todo el ensamble nos dan un aire a música country o bluegrass (sólo le falto un banjo para que el estilo fuera más evidente). Esos vaivenes de las melodías entre el violín y la armónica son simplemente geniales.

En "Supliendo el amor" nos trae Armando y compañía un tema con aires de música de vodevil o cabaret, arrancando ahora con un piano tocado por uno de los músicos invitados, Tonatiuh de la Sierra, quien también toca el sintetizador con efecto de órgano para las partes del estribillo donde la música necesita intensificar su presencia. Nuevamente aparece el saxofón mientras el violín juega sutilmente con ciertos toques cómicos que van de acuerdo con la canción, simulando efectos o sonidos como los que pueden escucharse después de los versos "... y se esfumó cuando cobró, ¡qué desilusión!" y "mirando que la chica se desprende el sostén". La rola es muy transparente en su temática pero no por eso dejar de ser una gran canción.

"Música para vedettes" es una suite instrumental de siete minutos y medio, escrita por Mario Mota, divida en tres partes "Pahuatlán", "La extinción de las especies" y "Caponera". Un auténtico despliegue de talento y calidad en ejecución donde nuevamente aparece el sintetizador dando la base a la pieza, junto con la guitarra mientras el cello y el violín contrapuntean y armonizan. Entra el piano por secciones e incluso la armónica a mitad de la pieza. Después entra un breve sampleo de unas voces y se vuelcan a otro ritmo con el sonido de órgano, piano, guitarra y saxofón. Presenta una melodía el violín que acompaña también la guitarra para continuar alternando, como en una pieza de jazz, instrumento solista. Finalmente regresan al arreglo con el que comenzaron para rematar esta pieza.

"Complot mongol" es un blues al estilo de la Camerata cuya letra está basada en el libro de Rafael Bernal, El complot mongol (1969), que es considerado por críticos y estudiosos como fundador del género de la novela negra en México. La historia, ubicada en la década de 1960, se centra en un supuesto complot orquestado por China en México para matar el presidente de Estado Unidos.

Una colaboración más de Catana con Rosas, "Mi más viejo amor", donde nos encontramos con otra peculiar participación, en este caso son los pasos de tap de Maritza Vázquez que dan ambiente a ciertos pasajes, aunado a coros de Armando, Mario, Caíto y Los Javieres. De nuevo una letra que es poesía hecha canción.

Finalmente una de las más grandes composiciones del grupo, que para cerrar con broche de oro voy a permitirme nuevamente robar un análisis del amigo Pingüno Elemental, ya que de otra manera creo que mis palabras no le harían justicia a esta magnífica canción, con ustedes pues: "Invención para tragafuegos y cuarteto rupestre" (Análisis del blog "Las 100 mejores canciones del rock mexicano").

Letra y música: Armando Rosas.
Intérprete: Armando Rosas y La Camerata Rupestre.
Disco: La evolución de las especies.
También existe otra versión de Armando ya solista, en el disco Habrá tiempo.

Con todo, vivo en tu lumbre, me derrito en tu infierno.
Con todo, no oigo consejos ni proverbios de viejo.
Me canta la madrugada un presagio de invierno,
y me despierto,
y me despierto muriendo,
y me desnuda
un sentimiento de acecho.

Se estrellan en los cristales pesadillas, desiertos.
Me asomo por la ventana: miles de autos rugiendo.
Con todo, me crié en tu suelo, bajo un cielo no viejo.
Con todo, lloro en tus puentes, tus banquetas y entierros.

Los relojes se paran, ya no marcan el tiempo
—me pregunto si intuyen el fatal movimiento—.
Hinchamiento de estrellas ya es deporte correcto,
y los autos aplauden el acontecimiento.

Con todo, vivo en tu lumbre, me derrito en tu infierno.
Con todo, no oigo consejos, ni proverbios de viejo.
Me canta la madrugada un presagio de invierno,
y me despierto,
y me despierto muriendo,
y me desnuda
un sentimiento de acecho.

Se estrellan en los cristales pesadillas, desiertos.
Me asomo por la ventana: miles de autos rugiendo.
Con todo, me crié en tu suelo, bajo un cielo no viejo.
Con todo, lloro en tus puentes, tus banquetas y entierros.

Los relojes se paran, ya no marcan el tiempo
—me pregunto si intuyen el fatal movimiento—.
Hinchamiento de estrellas ya es deporte correcto,
y los autos aplauden el acontecimiento.


Ya hablamos ampliamente del arte experimental al analizar Chilanga banda de Jaime López, y en un post anterior también mencionamos que Invención para tragafuegos y Cuarteto Rupestre era la canción más experimental de Armando Rosas. Y lo es, por varios motivos. Primero, porque la letra lleva al máximo nivel el manejo de la elipsis. Sus líneas son oscuras; sus imágenes, osadas, complejas. En esta rola, cuesta trabajo identificar aún el más mínimo sentido. De hecho, si usamos una vez más el Método de análisis por lexías de Roland Barthes, un único lazo semántico común entre dos frases es el que da la pista clave: la palabra tragafuegos del título, y la línea “vivo en tu lumbre, me derrito en tu infierno”. De esta manera, Rosas oculta al máximo, limita los indicios de una manera sólo comparable con la ya analizada Sex Farderos de José Elorza. Sólo gracias a la única pista plena que nos da, la señalada antes, ese reducido campo semántico, podemos saber que la rola es un canto, una mínima y densa apología del personaje marginal capitalino y su mundo denso: el tragafuegos. En ese sentido, la rola recuerda la película Cayó de la gloria el diablo, de José El Perro Estrada. Pero lo que en la película es tragicomedia, en la rola adquiere un tono mucho más críptico. La letra empieza con una ingeniosa “justificación”, casi incomprensible, como si la precediera un texto que se perdió, lo que recuerda la técnica del monólogo interior de Joyce (en realidad, como se sabe, no la creó Joyce, pero sí la llevó al límite). Ese “con todo” del inicio de los primeros versos señala que, pese a la crudeza casi repulsiva de ese mundo sórdido, cochambroso y derrotado, el autor siente, comparte, vive ese mismo dolor; no directamente, pero sí desde la sensibilidad, la solidaridad y la compasión, con un espíritu semejante al de Outside the wall de Pink Floyd, justo porque, de una u otra manera, el ser sensible conoce un dolor igual de intenso, sólo que en sentido diferente, una conclusión también cercana a la de otra rola de Pink Floyd: Two suns in the sunset. De este modo, una marginalidad social y económica se asemeja perfectamente a la otra, más interna, del artista, y ese es justo el sentido de Invención para tragafuegos y Cuarteto Rupestre. Los versos de la rola describen ese mundo oscuro, casi deforme, de “puentes, (…) banquetas y entierros”, que rodea al tragafuegos, y para lograr ese efecto cercano a la obra negra de Goya, el cine de David Lynch (en películas como Eraserhead, por ejemplo) o los esperpentos de Valle-Inclán, Armando Rosas se vale de figuras retóricas casi surrealistas, como “se estrellan en los cristales pesadillas, desiertos” y “los autos aplauden el acontecimiento”, en que se mezclan elementos cotidianos y exóticos, unidos por verbos de campos semánticos lejanos, o adjetivados o modificados por otros elementos fuertes y novedosos. De esta manera, el sentido se oscurece, al mismo tiempo que se enriquecen sus potencialidades significativas, interpretables, y sobre todo, poéticas. Tanto así, que caben otras interpretaciones, como la más psicodélica, que señala que el tragafuegos es en realidad el propio autor, y que el término es una manera simbólica para nombrar su condición de fumador de estupefacientes, y por tanto, las líneas se dirigen al proveedor, al narco menor, y que todo lo descrito en la rola es ese mundo creado por los efectos de la droga, por el viaje (esta no es la interpretación que yo escojo, pero reconozco que encaja bien en la letra —incluso le da más sentido a la frase “con todo, no oigo consejos ni proverbios de viejo”, así como a ciertas imágenes distorsionadas de las descripciones—, y que responde todos los cuestionamientos que se me ocurren). ¿Cuál es la interpretación correcta? Ninguna, como ya dijimos al analizar Sex Farderos de José Elorza, e incluso no sería raro que el autor juegue con las ambivalencias, al estilo de los Beatles en Dr. Robert, Sexy Sadie, Piggies y tantas otras, o Eagles en Hotel California. Pero cualquiera sea la interpretación, Invención para tragafuegos y Cuarteto Rupestre muestra una amplitud estilística y formal, acorde con la polisemia de su fondo, sin duda trascendente.

Pero si la letra de Invención para tragafuegos y Cuarteto Rupestre es un desafío interpretativo por su calidad experimental, la música también es la más ambiciosa de Armando Rosas, la más compleja y atrevida (después intentaría y lograría un nivel semejante en su rola No tengo nada). Su sostén es el arpegio de guitarra acústica, extraño, casi disonante, lejano de las melodías tradicionales, digeribles y repetitivas. Alguna vez un locutor (del que, por suerte, no recuerdo el nombre), señalaba, en su típico tono suficiente, pero sin pruebas, que “una canción de rock es válida sólo si se puede tocar completamente con una guitarra”. Bueno, por algo era locutor, y jamás músico, pues una estupidez semejante sólo cabe en alguien que no tiene idea de lo que realmente es la música, e Invención para tragafuegos y Cuarteto Rupestre es una clara muestra del tamaño de su disparate. La base de guitarra arpegiada es muy rica justo por su complejidad, por lo extraño de su vaivén, y la incorporación del cello de Javier Platas, el violín de Javier Guillén El Paparrín y el clarinete de Mario Mota exaltan y potencian el arreglo, apuntalan la atinada voz de Armando Rosas con una figura breve y ácida, para luego crecer como en una espiral insólita, pero pulida, firme. Sólo en el inicio del estribillo, en el paso a la escala mayor más tradicional, la figura musical parece facilitarse, pero pronto concluye con una caída de nuevo sorprendente, ingeniosa, que lleva a la melodía a su cauce original, para terminar en un tono nuevo, casi explosivo, si no fuera por la delicadeza propia de los instrumentos de cámara. Una música novedosísima, arriesgada, de extraordinaria imaginación y originalidad, que mezcla como ninguna otra canción mexicana el rock y pinceladas de la música clásica vanguardista al estilo de El pájaro de fuego de Stravinski, todo Shostakóvich, Bartók, Prokófiev, y la música dodecafónica y aun más moderna, como sólo lograron hacerlo Emerson, Lake & Palmer con la Fanfare for the common man de Aaron Copland, por ejemplo. Pero en el caso de La Camerata Rupestre, el resultado es mucho más cercano a la esencia clásica, dada su instrumentación, y que la rola es propia, y no una versión de una pieza clásica.

Por todo lo señalado, la letra, la música y el arreglo de Invención para tragafuegos y Cuarteto Rupestre marcan el nivel máximo de conocimientos de música y poesía alcanzados por un grupo de rock mexicano, pero también cómo una formación sólida permite crear canciones extraordinarias, complejas, inteligentes, originales, y de experimentación auténticamente libre. Una obra que vale aun más allá del rock, justo porque reafirma la existencia, ya sin lugar a dudas y pésele a quien le pese, del pleno rock-arte.


(*)http://100mejoresrockmexicano.blogspot.com/2010/05/46-muerte.html


- Arte adicional:
Portada CD reedición (2005), Ediciones Pentagrama.

*NOTA ADICIONAL: La edición en Caset (1996) de este álbum tiene una rola extra que ninguna de las otra ediciones tiene. La rola en cuestión se titula "Fe de erratas". El orden de las canciones en esta edición igual es distinto con respecto a las otras.

Portada Caset reedición (1996).
Lista de canciones:

LADO A

 1. A muerte
 2. Dime que no
 3. Otra vez una historia de amor
 4. Supliendo el amor
 5. Fe de erratas

LADO B

 6. Música para vedettes
 7. Invención para tragafuegos y cuarteto rupestre
 8. Complot mongol
 9. Mi más viejo amor

6 comentarios:

  1. FLAC(LP): https://thinfi.com/i5hq
    HD(Parte1): https://thinfi.com/i5hr
    HD(Parte2): https://thinfi.com/i5ht
    HD(Parte3): https://thinfi.com/i5hu
    FLAC(CD): https://thinfi.com/i5hv

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    1. Armando Rosas - La evolución de las especies (KCT)
      FLAC(KCT): https://thinfi.com/09enu
      HD(KCT Parte1): https://thinfi.com/09enn
      HD(KCT Parte2): https://thinfi.com/09eno

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  2. Muchísimas gracias carnales tarde buen rato en encontrar su blog otra vez espero no perderme de este tan grandioso material saludos de Guanajuato

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  3. ¡Muchas gracias! ( ´ ▽ ` )ノ

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