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jueves, 21 de febrero de 2019

Gabino Palomares - Fabricando la luz

Artista: Gabino Palomares
Álbum: Fabricando la luz
Año: 1980
Género: Canto Nuevo, Trova, Folk Rock, Rock
País: México
Fuente de análisis: LP original (1980), Discos Pueblo [DP-1047] 


Lista de canciones:

LADO A

 1. La mujer (Se va la vida compañera)
 2. Este es un día
 3. Cabalgando
 4. El piojito
 5. El moco

LADO B

 6. El Salvador, continuamos
 7. Fabricando la luz
 8. Canción triste
 9. Cipriano Hernández Martínez


Sobre el disco:

"Fabricando la luz" es la segunda producción de Gabino Palomares, cantautor que para entonces ya contaba con reconocimiento por sus composiciones en el ambiente del Canto Nuevo y la Trova nacional. Aquí nos encontramos a un Gabino más abierto a la exploración sonora, incorporando incluso por momentos influencias plenamente roqueras a su música como las que muestra en canciones como "Cipriano Hernández Martínez", "El Salvador, continuamos" y "La mujer (Se va la vida compañera)". Si bien en su momento varios artistas de los circuitos de las peñas folklóricas miraban con malos ojos al rock, otros se dieron cuenta que este género podía sumar elementos que enriquecieran su propuesta.

En su versión de "La mujer (Se va la vida compañera)" de León Chávez Teixeiro, Gabino Palomares nos entrega una pieza excelsamente producida con arreglos de cuerdas, bajo, batería y guitarras que visten el desarrollo de la música. Pese a los ligeros cambios en la letra, el tema logra sobresalir por el arreglo de Gerardo Tamez y la precisa interpretación de Gabino.

Los dos temas que continuan guardan un estilo más cercano a la Trova, la primera es una canción para esos días en que nos encerramos a luchar con nuestra pena, cuando sentimos la desolación y el pesar de la vida ("Este es un día"). Ya en "Cabalgando", reaparece esa sensación de esperanza que se proyecta en un compañero, una amistad o un hijo, alguien que emprende su andar por el mundo con intenciones de lograr un cambio. Ambos temas tienen arreglos musicales solemnes apropiados para las bellas letras que visten.

Llega sorpresivamente una dupla cómica de canciones, ambas de dominio público, "El piojito" con cierta influencia en los corridos rebeldes revolucionarios (tiene su origen en la lírica popular del siglo XIX) y "El moco" con un humor más simple, como de letra infantil, aunque con cierta picardía. La primera es dirigida por la melodía de un par de violines y como mencionaba, en su humor guarda una crítica hacia la explotación de las mayorías marginales a manos de las minorías en el poder. La segunda es un tema que realmente no me gusta por su carencia de fondo y por su humor muy simple; en esta la melodía la lleva un kazoo para evidenciar su tono más lúdico. En las notas del disco se explica un poco más de su razón en este catálogo de temáticas de la Nueva Canción.

Ya en el lado B, volvemos a las ponernos serios, en este caso "El Salvador, continuamos" nos habla evidentemente de la difícil situación que se vivía en el país de El Salvador, donde se iniciaba un conflicto bélico interno. Vuelven los aires de Canto Nuevo pero la participación de los sintetizadores de Guillermo Briseño acerca un poco más su música a la frontera con el rock. "Fabricando la luz" es el tema que da nombre al disco que en su estilo plenamente trovadoresco nos habla sobre la comunión de pasiones y emociones entre un hombre y una mujer, y cómo la mujer nos ayuda a descubrir ese fuego interior que nos enseña a amar lo que realmente vale en la vida. Y es que los tiempos cambian y se empieza a cambiar la perspectiva respecto a las relaciones en pareja; la mujer ya no se ve como aquel ser sumiso que está al servicio del hombre, sino como un igual con quien se  aprende y se construye una nueva vida. "Canción triste" tiene un lenguaje altamente poético que ya en las notas del disco se explica que el tema que aborda es la ruptura amorosa y esto con los mismos majestuosos arreglos orquestales, lo cual viene a contrastar con la canción final del disco que tiene un lenguaje más directo y su música es más dura.

Para esta versión de "Cipriano Hernández Martínez" (nuevamente de Teixeiro) llega acompañando el grupo de Guillermo Briseño con una música plenamente roquera de gran intensidad. Solos furiosos de guitarra eléctrica, el sonido ambiental de los sintetizadores medio progresivos de Memo y sus aporreos al piano enfocan gran parte de la energía de la que se contagia el mismo Gabino para su interpretación. 

Un buen disco, de los primeros que se atrevieron a cruzar esa frontera sin miedo ni medias tintas entre el canto nuevo/trova y el rock, que si bien no es del todo consistente y no todo su contenido alcanza una calidad destacada, vale la pena apreciar para entender cómo se pueden conciliar estos mundos de la música que en un momento parecían irreconciliables.

4 comentarios:

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