El Nafto - Canta Nafto, canta

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Artista: El Nafto (Naftalina)
Álbum: Canta Nafto, canta
Año: 1989
Género: Rock, Parodia
País: México
Fuente de análisis: LP original (1989), Borborigmo Records [BR 001]

Lista de canciones:

LADO A

1. Aparece el artista
2. La Marlene
3. Caperucita Cashonda
4. La caldera del gozo
5. La batalla de nunca jamás
6. Oda a mi huevo
7. Tartufo bananero y dictador

LADO B

8. Homenaje a Televisa
9. Bello de día
10. Tres pecadores en medio de una isla
11. Pongamos o no pongamos
12. La casa del huevo ardiente
13. Mal hombre


Músicos:
Fernando Vahauks - batería
Freddy Armstrong, Felipe Souza y Federico Arana - guitarras
Jorge Rosell - bajo y grabación
Federico Arana - teclados
Fernando Vahauks y Federico Arana - contrabajo
Fredy Armstrong y Federico Arana - armónicas
Federico Arana - bajo sexto
Sandra Luz y Fredy Armstrong - segundas voces de primera
Federico Arana - primera voz de tercera


Sobre el disco (de la revista Banda Rockera):

Doce rolas, once covers, en el nuevo disco de Naftarana. Arana vuelve a recrear viejos y nuevos temas "clásicos": "La casa del sol naciente" y Joaquín Sabina, entre otros. Más cotorreo y pitorreo, con una discreta actuación de los músicos. Adquiéralo y si no les gusta, no se preocupen, guárdalo unos añitos y entonces entenderán su valía... ¡Respetos, Don Federais!

- De las notas del disco:

Yo, el Nafto, harto como estoy de no haber ligado más que fusas con semifusas durante mi dilatada carrera artístico-musical, de no haber hecho más que el ridi al intentar seducir a cuántas féminas quedaron expuestas a los conjuntos de rocanrol, orquestas de mambo y mariachis que han contado con un servidor en sus filas, he decidido salir de las sombras convertido en resplandeciente y mirífico solista.

La de no dejarse impresionar más que por banales gorgoreos y uniformes militares, funesta manía machaconamente mostrada por el común de las mujeres, me ha obligado a tan arriesgada empresa musical. Yo, el Nafto, que en mis pueriles empeños tuve por norma despreciar los lances vocales por considerarlos propios de ligeros maniquíes, de ordinarios divos, de frívolos animales escénicos, hoy me veo precisado a tomar el micrófono por asalto -¡la musa Euterpe me perdone- para paso y zozobra del personal.

Yo, el Nafto, quiero dejar constancia de que si he dado el chaquetazo es sólo porque de chaquetas empiezo a estar hasta más arriba de la cachucha y debido a que no quisiera llegar a viejo sin conocer mujer.

Siendo persona honesta y culta, de natural afable y bien parecida, sé que, una vez cumplido el requisito, no habrá reticencia alguna por parte de las hasta ayer inalcanzables féminas. Dejad, pues, que ellas vengan a mí y, si se atorasen, despejadles el camino o dadles un empujoncito, procurando siempre hacerlo con las manos y la conciencia a cual más limpios.